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NUESTRA HISTORIA

In 2017, Kyle Snider decidió invertir en una pequeña finca cafetalera panameña. Kyle se acercó a su viejo amigo y socio comercial, Larry Kolek, ¡y juntos comenzaron su aventura!

Ansiosos por ver en qué se habían metido, empacaron un par de maletas y tomaron el primer vuelo disponible. Pocos días después de que las ruedas aterrizaran en el istmo, los socios habían comprado un terreno adyacente y habían entrado en serio en el negocio del café.

Al necesitar un plan de negocios para transformar la propiedad sin desarrollar en una plantación de café viable, buscaron el asesoramiento de una variedad de personas sobre cómo mejorar la tierra y comenzar los cultivos. Contrataron a un gerente de plantación de tiempo completo junto con un personal de apoyo.

Con el paso del tiempo, se presentaron más oportunidades, principalmente en forma de terrenos adicionales para el desarrollo. En 2018, adquirieron dos solares más. Para entonces, la noticia había comenzado a correr. Muchos inversionistas querían participar, por lo que se estableció una corporación hermana.

 

Con todas las fincas ahora desarrolladas, es hora de completar el círculo y pensar en el futuro: la cosecha y el procesamiento. Con este fin, Tierra Blanca Geisha Coffee se encuentra actualmente en el proceso de construcción de una planta de procesamiento de última generación.

 

Hemos logrado un progreso casi inimaginable en los últimos tres años y nos gustaría extender nuestra gratitud a las numerosas personas que lo han hecho posible. Desde la ideación hasta la realización, esta empresa parece haber cobrado vida propia. Sin todos ustedes, todavía serían solo un par de muchachos parados en una montaña en Panamá.

 

VISIÓN

Tierra Blanca Geisha Coffee existe no solo para satisfacer las necesidades de una base de clientes global y exigente, sino también para mejorar la calidad de vida de nuestros empleados panameños nativos. Nuestros árboles se plantan en la elevación más alta posible en la montaña Volcán Barú utilizando procesos sostenibles, materiales de plantación totalmente orgánicos y tecnología de conservación de energía de vanguardia. El resultado es uno de los cafés más extraordinarios del mundo, junto con una huella de carbono notablemente baja.

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